El
húmedo sendero zigzaguea entre altas cañas y se abre a un espacio cercado de
girasoles locos de sol.
Pequeña
la casa. Abstracta como un sueño.
Las
salvias azules tiemblan en la transparencia del aire, las umbelas del hinojo se
separan y dejan ver la luz.
Hay
olor de melones y de menta en la sombra.
En
el cielo, una nube liviana como un pájaro.
Un
árbol de ramas obscuras y veladas manchas blancas en el tronco como letras de
un alfabeto. El árbol está seco, se fueron los pájaros.
Un
mágico niño me mira. Me ha visto otras veces. Soy la mujer que pasa. Tal vez
quisiera decirme algo.
Cuelgo
alas de mariposas. Las encontré en el río. Ato escamas de peces. Estaban en la
arena. Ramos de plumas que junté entre las hojas y estas semillas secas que con
el viento cantan.
La
luz penetra en lugares donde ella se hace incierta.
Un
ondular vago de multitud de sonidos. La tarde impregnada de voces mezcladas
como el fluctuar de las sensaciones o un polvo de partículas diminutas, última
sustancia de la multiplicidad de las cosas.
Hago
mi árbol. Está cargado de hechizo.
“Lo
cercano se aleja”. Es la voz de Goethe.
“Estas
cuatro palabras cifran el crepúsculo”. Es la voz de Borges.
Yo
hago mi árbol. Es la voz del niño.
ESCRITO PERSONAL DE LETICIA COSSETTINI
La RED COSSETTINI les desea una muy FELIZ NAVIDAD y PROSPERO AÑO NUEVO!!!!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario